
Uno se acerca a multitud de eventos culturales en busca de amplitud de miras, de amplitud de experiencias y buscando acrecentar el exiguo bagaje artístico propio y siempre acaba encontrándose el mismo perfil de persona pseudo-izquierdista, moderna, progresista y super-enrollada. Siempre los mismos círculos de vanguardia y estética que creen acaparar razón y justicia social a partes iguales.
Se echa en falta otros tipos de puntos de vista (que no tienen por qué ser cercanos a nuestro modus de vida - que ya decía el sr. Punset que la capacidad del cambio de opinión es síntoma de cerebros despiertos).