
Un mohíno fin de semana en Miranda da para mucho y para poco.
Tras un compungido paseo sólo queda la sensación de cruzarte con taciturnas caras de aburrimiento que parecen lastrar el ambiente de una ciudad.
O quizás los acontecimientos propios tiñen de color gris el punto de vista del paisaje.

Y para acabar, unos minutos musicales oportunos:
1 comentario:
La carga de combustible de camino a las naves del Polígono en Bayas
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