martes, 7 de agosto de 2007

Carmen Martín Gaite


"Oí acercarse un tren. Me lo sentí llegar vertiginosamente por la espalda y me quedé muy quieto esperándolo. Luego lo vi aparecer debajo de mí y alejarse estruendosamente con sus vagones retemblantes y me escupió a la cara una bocanada de humo denso y rojo. Cerré los ojos. Todo el puente se había quedado retumbando. Cuando los abrí el tren ya iba muy lejos con su luz encarnada. Una pareja de novios se había acodado junto a mí y miraban alejarse el tren con las caras muy juntas, los brazos cruzados por detrás, extasiados. "Es el de Portugal, ¿sabes, mi vida?". Ni me habían visto. Les tuve envidia.
Me separé de allí y me di cuenta de que estaba muy fatigado, de que necesitaba encontrar una pensión cualquiera para dormir aquella noche"

5 comentarios:

Mike Majara dijo...

Yo desde el libro goldo de petete no he vuelto a sentir nada tan especial con ninguna otra lectura

Gino Bambino dijo...

Si hombre Miguel, acuérdate cuando nos hablabas maravillas después de acabar "Rinconete y Cortadillo"..

barrilete dijo...

El famoso libro de las 40 hojas... Todas las tardes se lee en el bar de TAsio

Gino Bambino dijo...

Para lecturas con enjundia las que se comentan en la tertulia de la cafetería del Primi..

barrilete dijo...

Acariaba sus nalgas con una suave pluma, mientras la noche arropaba nuestros cuerpos bla, bla.....