viernes, 15 de diciembre de 2006

El frío burgalés


Las célebres dos estaciones de Burgos (la de invierno y la del tren) ya se han materializado en todo su esplendor.
La primera, que es la que nos ocupa, se aprecia en la parálisis e hinchazón facial (sin necesidad de desaforadas ingestas de alcohol) y en ese ojo que se empeña en llorar que te hace parecer a ojos de todo aquel que se cruza contigo una persona emotiva y sensible.
La segunda, achacosa, se merece pronto un poco de maquillaje al menos.



Pero, qué narices, acaba uno por cogerle gusto a este frío. Tumbarse de noche en el sofá al calor de la estufa en compañía de la chavala y que te mire el gato con un ojo (un saludo a LOLO).
Miéntras se escucha a lo bajo a Bryan Ferry cantar aquello de: "..don´t stop, don´t stop the dance..".

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