jueves, 18 de enero de 2007

Geriatría canina










Un perrillo viejo ya no escucha, ni ve, ni puede hacer las mismas cosas que antes.
Aunque se vuelven gruñones no deben considerarse un estorbo. Necesitan sentirse apoyados y queridos para seguir adelante.
Una vez que se han acostumbrado uno al otro, el afecto mutuo entre personas y perros llega a su fase mas agradable.

Un árbol viejo no se trasplanta.




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