
El 16 de diciembre de 1989 estalló una protesta en Timisoara (occidente de Rumania) y más tarde en Bucarest contra el gobierno comunista de Ceaucescu culpabilizándole de genocidio, enriquecimiento inexplicable y de aplicar acciones militares contra el pueblo rumano.
Ceaucescu y su mujer trataron de huir pero fueron capturados. El 25 de diciembre fueron juzgados, condenados a muerte y fusilados.


Un mes antes Nadia Comaneci, en noviembre de 1989, con 28 años, abandonó su país, en una huida auténticamente de película después de andar seis días bajo la nieve hasta llegar a la frontera de Hungría y pedir asilo político en la embajada de Estados Unidos en Viena.
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